EL PERIODISMO EN LA ACTUALIDAD

La actividad periodística tiene un rol social legitimado. Grossi (1984) sugirió que la profesión periodística debe entenderse como una actividad social especializada en la construcción de la realidad social que se representa como el resultado de una objetivación de segundo grado referida a las rutinas cognitivas, a los esquemas interpretativos y a los significados. Para Rodrigo Alsina el periodista tiene un rol institucionalizado como constructor de la realidad social. La función del periodismo es rodearnos de un presente social continuo (Gomis 1991), y con ello de un marco referencia de la vida cotidiana.

Pero el periodismo está en crisis actualmente. No por haber perdido su papel en la sociedad, sino porque en las sociedades modernas su función de informar, quedó fusionada con su función de entretener a través de los recursos de espectacularización.

La complejidad de las prácticas periodísticas se ha modificado y las audiencias tienen una enorme influencia en esta situación. Influyen incluso otros factores como lo son el comercialismo, la anticipación, la instantaneidad, el absurdo, el sensacionalismo y otros tantos componentes de la sociedad moderna que inciden directamente en la forma de construcción de realidades, pero también en la necesidad de que esas realidades se consuman a mayor velocidad.

La sociedad moderna ha modificado las rutinas y los productos periodísticos, Hjarvard (2014:172) es claro al advertir que “la producción de noticias y el periodismo están sujetos a muchos de los mismos procesos evolutivos que afectan a otras industrias culturales”.

Antes alcanzaba con conocer; hoy vale conocer, explorar, entrometerse, experimentar, especular, opinar y volver a conocer. No hay barreras para y es ahí donde se hace periodismo: buscando novedades donde antes había decoro; insistiendo con el hallazgo de lo diferente en un terreno cada vez más masivo e impetuoso.

Los medios -y sus prácticas- están expuestos a una profunda transformación. La idea de que “la irrupción de las tecnologías info comunicacionales en el ámbito del periodismo opera sobre la producción, el consumo y la circulación de la información (Luchessi, 2010:9) es un disparador transversal y lo suficientemente convincente como para explicar muchos de los cambios que allí suceden.

De allí que el periodismo está en jaque, pero también están en jaque todas las prácticas circundantes.

CIBERPERIODISMO

El escenario de convergencia infiere entonces, en un contexto de latente dramatismo, una confluencia de modos de producción y comunicación, pero también nuevos modelos de distribución y consumo de contenidos. Como explican Becker y Gadini(2016) todo este fenómeno está fuertemente vinculado con el desarrollado de las tecnologías de la información y la comunicación, pero también con la popularización de uso, nuevas formas de ejercicio de derecho de comunicar por parte de diversos actores de la sociedad, acompañado de una crisis de legitimidad en el campo periodístico.

Hay autores como Díaz Noci (2005) que entienden al ciberperiodismo como aquella: variedad de la actividad profesional de conseguir y ofrecer información de actualidad mediante medios informáticos para ofrecerla en el ciberespacio, aclarando que por ciberespacio debe comprenderse “todo aquel espacio informativo multidimensional que, dependiente de la interacción del usuario, permite a éste el acceso, la manipulación, la transformación y el intercambio de sus flujos codificados de información […], espacio que se abre cuando el usuario se conecta a la red […] hecho de circuitos informativos navegables (Díaz Noci, 2005: 45).

El ciberperiodismo tendrá entonces sus propias particularidades, vinculadas con la hipertextualidad, multimedialidad, interactividad, actualización y contenidos (narrativas). En todos los casos se trata de estrategias de efecto, de re-vinculación, administración del tiempo y sobre todo, de intentos por corresponder nuevos modelos de interacción con la información, a partir de códigos y lenguajes nuevos. Estos “modos de decir” tienen especial trascendencia por su incidencia y complementariedad en los mecanismos de significación de los contenidos, y captación de la atención de los usuarios.

El usuario en el mundo transmedia deja de ser un mero receptor de información, consumidor sedentario de los medios tradicionales, y adopta un papel activo frente una oferta completa y heterogénea de contenidos que él mismo puede seleccionar según sus necesidades.

Los nuevos medios diluyen las barreras divisorias de los soportes y los formatos de contenidos constituyendo nuevas realidades mediáticas que sólo tienen sentido en un entorno digital. Los medios y los profesionales deben procurar cubrir todas las necesidades, así como el abanico de posibles contenidos. Frente al nuevo perfil de usuario más activo, surge inevitablemente el de un nuevo profesional adaptado a los nuevos medios y a las demandas de los nuevos usuarios. Frente a este nuevo usuario es que los periodistas deben poner en practica estrategias para poder captar la atención del consumidor.

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