En este capítulo de “La comunicación digital” Natalia Aruguete y Ernesto Calvo intentan comprender cómo algunas dinámicas de los usuarios de Twitter tensionan la teoría de la fijación de agenda de los medios tradicionales.
Partiendo del caso particular del #Tarifazo sucedido en 2016, Aruguete y Calvo se detienen en el comportamiento que emerge en Twitter frente a esta problemática, los reclamos y las expresiones de los activismos. Los autores observan cómo se polariza rápidamente el debate a través de dos “comunidades” que se conforman al interior de la red social en torno al oficialismo por un lado (Cambiemos en ese momento) y a la oposición por el otro (el kirchnerismo en gran medida). Lo que se encuentra a ambos lados de lo que solemos llamar “la grieta política”.
Con el advenimiento de las redes sociales “activistas, políticos y organizaciones sociales tienen la capacidad de transmitir opiniones y promover desobediencias civiles salteando las rutas de la información delineadas por periodistas y medios tradicionales” (p. 166). Es frente a este fenómeno que los autores plantean una tensión a la llamada teoría de Agenda Setting (Fijación de Agenda) que plantea que son los medios de comunicación −casi exclusivamente− los que tienen el poder de construir agenda pública. En cambio, Aruguete y Calvo sentencian: “las instituciones mediáticas ya no fijan la agenda pública de manera monolítica y homogénea” (p. 166).
El fenómeno emergente que plantean los autores a raíz de esta tensión es lo que llaman Agenda Melding o Fusion de agendas. En el ecosistema digital, especialmente en la Tuitósfera, los autores observan la tendencia de los usuarios de fundir sus agendas con las de sus pares ideológicos haciendo mucho más fácil el establecimiento de una agenda ‘propia y homogeneizante’. Es decir, la creación de burbujas de información que lleva a que el procesamiento de la información que consumimos esté siempre guiado por nuestras prioridades ideológicas y nuestros intereses conscientes. Y lo que resulta aún más preocupante es también que “las comunidades fusionan una agenda colectiva que no responde simplemente a las preferencias del usuario individual sino a la cámara de eco promovida por los algoritmos virtuales” (p. 172). Esto quiere decir que esta homogeneizacion cognitiva no solo está impulsada por la fusión de agendas en base a nuestros intereses ideológicos, sino también por la intervención de los algoritmos que operan en redes sociales, en este caso Twitter.
Sin embargo −y aquí un punto que llamó nuestro interés−, a pesar de que los usuarios generan y se suman a estas comunidades que funcionan en forma de refugio ideológico, no es cualquier enunciado el que tiene validez al interior de Twitter. Más allá de esta falsa idea que proponen las redes sociales de “democratizar las comunicaciones”, en el caso del #Tarifazo, Aruguete y Calvo observan cómo “bloggeros y figuras públicas destacadas en la política, en las artes y en la cultura, así como los medios tradicionales nacionales, son las principales autoridades dentro de las comunidades” (p. 169). Esto significa que no cualquier usuario tiene la misma autoridad a la hora de influir en esa ‘agenda fusionada’. Incluso los autores remarcan una diferencia entre “las elites y las masas que recorren la tuitósfera”, lo cual privilegia a algunos y no a otros en cuanto al alcance y la difusión de sus opiniones. Es por esto que, junto a otras conclusiones, los autores concluyen en la pregunta abierta acerca del verdadero éxito de estas comunidades.
Los autores realizaron un análisis de la reacción de los usuarios frente al Tarifazo en Argentina y llegaron a las siguientes conclusiones:
La polarización en la red #Tarifazo distribuye a los usuarios en dos regiones bien definidas, que intercambian información casi exclusivamente con quienes comparten ideas, esquemas de percepción y valores.
El gráfico describe la comunidad de la oposición en color fucsia (23.905 nodos), la comunidad progubernamental en color violeta (10,133 nodos) y los usuarios no afiliados en color celeste (19,416 nodos).
Aruguete y Calvo explican que la comunidad opositora muestra un nivel de actividad más intenso y un mayor número de figuras políticas prominentes. En cuanto a los niveles de difusión de los mensajes dependiendo el sector tenemos distintos mensajes que disparan diferentes etiquetas como #Ruidazo, que concentra el 26,4% de los tuits que aparece con mayor frecuencia en la comunidad opositora, mientras que #CorrupcionK, querepresenta el 0,27% de los mensajes, domina en la comunidad pro-gobierno.